Entre pescar y pasear por el estanque

Mientras los profesionales de la pesca desempacan sus equipos, taburetes y cañas en la orilla del agua, un amigo y yo sacamos el picnic. También aprovechamos para dar la vuelta al estanque a pie, para charlar y disfrutar de esta naturaleza tranquila y apacible.

El paseo es realmente agradable y nos permite ver patos nadando en la superficie.

pícnic junto al agua

Regresamos a nuestro lugar de pesca y continuamos nuestro picnic. Es tranquilamente, con un sol agradable, pero igualmente a la sombra de los árboles, que almorzamos varios bocadillos y ensaladas.
Hasta entonces, ningún pez muerde el anzuelo...

Luego de este suculento almuerzo, dormimos una siesta acompañados del canto de los pájaros y el viento en los árboles.

¡Una pesca más o menos exitosa!

Luego, los pescadores regresan a la orilla del agua, con la esperanza de atrapar algo esta vez. Después del picnic todos fueron a pescar.

Un amigo y yo logramos atrapar un pez muy pequeño. Estábamos orgullosos, pero este pez no estaba destinado a ser capturado. Así que lo volvemos a poner en el agua. Luego siguieron dos más del mismo tamaño.

Es con esta nota que termina nuestro día de pesca. Tuvimos un día relajante y pudimos descomprimirnos. El estanque de Chêna es un lugar agradable donde estamos lejos del turismo de masas, y da una verdadera sensación de cambio de escenario.

Maeva